VALORES QUE GUÍAN EL SER Y QUEHACER INSTITUCIONAL
Se basa en el desarrollo y vivencia de valores que se deducen de la fundamentación teórica filosófica de los principios rectores que orientan el ser y el quehacer de niñas, adolescentes y personal, entre los cuales están.
Desarrollo Trascendente
De acuerdo con la identidad católica y la misión de las obras que dirigen las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, la Fundación Hogar de María, guiará todas sus acciones partiendo de un proyecto de vida desde la formación y la búsqueda del crecimiento integral, valorando la dignidad, libertad y deseo de resurgir mediante el cambio que conlleve a una vida más consolidada a nivel personal, familiar, social y cultural.
Humanismo Cristiano
Conlleva a una plena realización del ser humano dentro de los principios cristianos, basados en el amor, tolerancia, honestidad, fraternidad, igualdad, en paz, justicia y libertad.
La Autonomía
Orientada por los valores y su razón de ser, siempre teniendo como referente el marco ético y legal que rige su visión y misión.
El Respeto
El respeto puede manifestarse como un sentimiento de obediencia y cumplimiento de las normas que se rigen en el manual de convivencia de la fundación Hogar de María.
Honestidad
Busca concordancia y coherencia entre los pensamientos, palabras y acciones, asumiendo con sinceridad las consecuencias de sus actos.
Responsabilidad
Cumplir con las obligaciones y los compromisos adquiridos, teniendo en cuenta los deberes y derechos que asume cada uno de los integrantes de la Fundación Hogar de María.
Liderazgo
Implica habilidades, carisma y estilo apropiado para identificar, planificar y realizar acciones en favor de los demás; destacando la influencia individual y grupal para lograr objetivos a corto y largo plazo.
Libertad
No se refiere a hacer aquello que nos guste de manera inconsciente y egoísta, sino a hacer lo que se debe por el bienestar propio, común y con inteligencia.
Tolerancia
Es una actitud fundamental para vivir armónicamente en comunidad, siendo así reconocido como un valor moral que implica respeto integro hacia el otro; no sólo se trata de respetar lo que los demás digan o hagan, sino de reconocer y aceptar la individualidad y las diferencias de cada ser humano.
La labor del Hogar de María como centro de prevención, protección y formación integral para la niñez y adolescencia vulnerable, crea estrategias necesarias que favorecen la construcción de conceptos, valores y costumbres para ser instrumentos de convivencia pacífica; mediante actitudes de amor, confianza y respeto, siendo capaces de asumir con libertad y responsabilidad sus actos.